
El personal del sistema de salud público sostiene más de 1.600 hospitales y 7.000 unidades sanitarias en 24 provincias. Atiende el 90% de los accidentes y llega donde la medicina del lucro no. Son la primera línea frente a la pandemia, pero 1 de cada 4 son trabajadores no registrados y con contratación precaria.
En la jornada también se reclamará por la desprecarización laboral de los trabajadores, el cobro inmediato del bono, y el cese de la represión y persecución contra los trabajadores de la salud que protestan, en particular en las provincias de Córdoba, Tucumán y Río Negro.
La semana comenzó con la puesta de una carpa en el Hospital de la Madre y el Niño por tiempo indeterminado en La Rioja. Al no ser atendidos por el Gobernador, llamaron al paro provincial.
También hubo una movilización frente a la Casa de Gobierno en La Pampa, reclamando por salarios, paritarias y condiciones de trabajo.
El martes 6 comenzó el paro de 72 horas de paro en Chaco, y habrá movilización a la Casa de Gobierno.
El 7 y 8, todas las organizaciones confluirán en distintas acciones. Habrá movilización frente a la Maternidad provincial de Córdoba y en la ciudad de Alta Gracia; y paro con movilización frente a la Casa de Gobierno en Tucumán.
En tanto, el jueves 8 tendrá lugar una jornada provincial con paros y movilizaciones en todos los hospitales de Río Negro. Santa Fe hará lo propio con movilizaciones en esa ciudad, en Rosario y en Reconquista.
Desde el lunes también realizarán acciones con movilización al Ministerio de Salud de Rawson en Chubut que culminará en una movilización general los días 7 y 8 en toda la provincia.
También se producirán acciones en CABA, Buenos Aires, San Luis, San Juan, Mendoza, Tierra del Fuego y Catamarca.
En el Encuentro Nacional del viernes 2, hubo amplia coincidencia en que los gobiernos, tanto nacional, provinciales y municipales, mantienen el doble discurso frente a los trabajadores de la salud. Por un lado aplauden y agradecen y por el otro mantienen condiciones de trabajo que llevan al agotamiento de los equipos, bajos salarios, trabajo precario, en muchos lugares con acoso y represión a quienes reclaman, y sin una convocatoria a la Paritaria Nacional de Salud, instrumento para fijar un piso de derechos para el medio millón de trabajadores de la salud pública que le está haciendo frente a la etapa más dura de la pandemia.